VENTANA HACIA LOS SUEÑOS
He soñado noches sin cadenas, carreteras de asfalto derretido por el calor de cuerpos que se esperan al final de parajes desolados, caminos que acababan allí donde empiezan las miradas que se aferran a lo prohibido.
En la ventana de un febrero de 2012 observo el horizonte que reposa, limpio como esos sueños tan falsos, tan imaginarios, como que no fueron sombras de lo onírico, sino realidades en la juventud perdida en otros ventanales de hoteles sin nombre, en lechos sin contratos de "te amos" ni "te odios", en todo lo que di y me dieron. Ruinas florecidas del pasado más bello y exultante.
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