EL ESCRITOR - (REFLEXIONES DE UN POETA EN LA SOMBRA - VI)
Hay un profundo vacío entre los humanos. Se han hecho la guerra. Han
firmado la paz. Así, una y otra vez desde el inicio de los primeros
asentamientos, germen de la civilización actual. Pero hemos aprendido tan poco.
La memoria, que debía ser cultural en el más puro sentido de la palabra, se ha convertido
en memoria política. En nombre de las grandes líneas de pensamiento se mata y
destruye, en lugar de abrazar y construir. Y el creador auténtico, que se
resiste a seguir al rebaño, sigue emborronando hojas que duermen en cajones
olvidados. Porque a casi nadie le interesa pensar y reflexionar sobre las
grandes cuestiones que han movido y moverán el planeta que habitamos. El
verdadero escritor busca en el fondo de su alma, ahonda en el interior de las
almas que vislumbra entre la niebla de su condición mortal. La soledad sigue
siendo su patria. El amor su bandera. No tiene más nave que su inquieta pluma
para surcar los grandes mares literarios. Porque es muy fácil navegar en una
piscina, en el pequeño riachuelo generoso. Lo difícil es entrar en las entrañas
del pensamiento. Ingrata labor, que jamás llenará los escaparates de las grandes
superficies comerciales. El mundo está dando cada vez más la espalda a todo
aquello que no sea superficialidad. La belleza yace arrinconada en algún cuarto
oscuro. Y, parece ser que, a nadie le interesa que salga de su encierro. Si
brota con demasiada fuerza, tal vez la tierra en que vivimos sufra una crisis
sin precedentes, para dar paso a los sueños y los deseos que, nos han querido
hacer creer, son inalcanzables. Hoy, en el silencio de la habitación, vuelvo a
sentir la satisfacción de seguir siendo fiel a mis principios. Algún día
amanecerá. Abriré la ventana y una ráfaga de viento elevará cientos de papeles,
miles de palabras; se alejarán de mí para no volver. Sonreiré y me sentaré
tranquilo a contemplar la luz de un nuevo día.
FOTO DE JULIO MARIÑAS |
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