CARTA A CHARLES AZNAVOUR - LA VOZ DE LAS REALIDADES Y LOS SUEÑOS

 Admirado Charles Aznavour:
    Son las cuatro de la madrugada y la lluvia, llevada por el viento, golpea contra los cristales. Mientras fuera ruge el temporal, aquí en mi cuarto, el ambiente es sereno. Usted, probablemente no se acuerde de mí. Son tantas las gentes que le harán llegar sus mensajes. Pero es comprensible. Le diré que soy aquel compositor y escritor de Galicia que un día vio realizado el sueño de, en mi segunda visita a París, poder ver y escuchar en directo a Charles Aznavour en L´Olympia. Aquel que le ha dedicado una obra sinfónica. Pero, esos son detalles personales sin importancia. Esta carta que le escribo no es para hablarle de mí, sino de usted. Esto, probablemente le pueda incomodar. Por lo que, pido de antemano disculpas. Sé que, fuera del escenario, no quiere usted oír hablar de Charles Aznavour artista. Hace unas horas he estado escuchando y viendo una de las últimas entrevistas que le han hecho en la televisión francesa. La gente no se cansa de preguntarle cuales son las claves de su triunfo a lo largo del tiempo. Para mi está muy claro, aunque pueda parecer presuntuoso. La clave está en la verdad. Y, cuando digo la verdad, lo hago con el significado que entraña de autenticidad. He admirado a alguna gente del mundo de la literatura y la música. Nunca me ha gustado la palabra fan. Porque ser fanático de alguien, conlleva algo de irreflexivo. Y a mí siempre me ha gustado reflexionar sobre mis gustos. Desde mi adolescencia en que escuchaba sus canciones, hasta la madurez; la imagen de Charles Aznavour se ha ido convirtiendo para mí, no sólo en la de un gran intérprete, sino la imagen de la profundidad, la serenidad, el compromiso con los suyos, con sus raíces, con las causas que considera justas. Ya sé que no le preocupa, pero estoy seguro que, como ese Víctor Hugo que los dos admiramos tanto, el día que usted desaparezca sólo físicamente, París se rendirá ante usted con grandes honores. Y no sólo París. Pero prefiero hablar de la vida. Usted es la prueba viviente de que, aunque los tiempos cambien, aunque las modas fluctúen; lo auténtico siempre está vigente. Cuando hace un par de años lo vi actuar en L´Olympia, comprendí que no estaba equivocado. Fue la confirmación del magnetismo y la grandeza que destila en escena, la voz de las realidades y los sueños. Voy terminando ya. No sin antes decirle que, a pesar de la distancia, no pierdo la esperanza de algún día conocerlo y estrecharle la mano. Espero no haberle importunado con nada de lo dicho. Sólo expresarle mi profunda admiración hacia su trayectoria. Creo que mi sentir no es nada original; es el de millones de personas que lo admiran y sienten que sus canciones son parte inseparable de sus vidas.
    Su éxito a lo largo del tiempo, sólo puede molestar a los mediocres. La gente que nos dedicamos al mundo del arte, vemos en usted un ejemplo que nos hace decirnos a nosotros mismos: “Más tarde o más temprano, si uno vale, acaba triunfando y teniendo el reconocimiento del público. Sólo hay que luchar día a día por lo que uno cree”.
    Con el deseo de que su voz siga elevando nuestros corazones, reciba un cordial abrazo desde Galicia.

                                                                                                 Vigo, 14 de Enero de 2014

FOTO DE JULIO MARIÑAS

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