CAMINO DE JUVENTUD - (REFLEXIONES DE UN POETA EN LA SOMBRA - XXVI)
Atardecía siempre por el camino que juntos recorríamos hasta el umbral
de tu casa. ¿Lo recuerdas? Parece que fue
ayer, como se suele decir. Pero, hace tantas primaveras. Buscaba tu
mirada como aquel que busca el brillo que sólo pueden dar las estrellas que más
alumbran. Éramos tan jóvenes. Sólo teníamos esa riqueza, y nos bastaba. Quien
tiene la juventud, no espera encontrar más tesoro que un nuevo anochecer lleno
de vida. Pero todo se desvaneció sin apenas darnos cuenta. Como un sueño del
que no anhelas despertar. He recorrido tantas veces de nuevo aquel camino en mi
mente ya ajada por las horas de placeres y desengaños. Éramos jóvenes y teníamos
la osadía de aquellos que poseen la copa rebosante del néctar que sólo dan las
pocas primaveras. Caminábamos despacio, como prolongando nuestro mundo de
sensaciones nuevas y placenteras. Si te amé o no, ya no recuerdo. Sé que amaba
la vida y tú eras parte de ella. La pasión tiene la fea costumbre de extenuar a
los amantes que se entregan y acaba decorando el lecho con flores marchitas de
antiguas esperanza. Pero yo siempre te recordaré con tu dulce sonrisa y tu
mirada tierna. Siempre caminaremos por el sendero aquel que nos llevaba sin
remisión al umbral de tu casa. No hay como haber amado para tener el sabor en
los labios del fruto salvaje que un día juntos libamos en los tiempos donde
éramos jóvenes llenos de vigor y fantasía, y la vida ligera como un dulce
viento en primavera.
FOTO DE JULIO MARIÑAS |
Sin duda la mejor etapa de nuestra vida donde se mezclan los sentimientos con el experimentar de la vida (Dichosa juventud)
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