CONVERSACIONES CON SENIA - X
Hace tiempo que no bajo al río. Prefiero el otoño para hacerlo. En
verano está demasiado frecuentado. Esta noche es posible que esté ella en sus
orillas. Ya la estoy viendo. Lleva un vestido blanco de gasa que la brisa nocturna
mueve suavemente.
-Hola, Senia.
-Hola.
-Hace tiempo que no nos veíamos.
-Algún tiempo.
Apenas veo su cara. Mira hacia otro lado, como queriendo ocultar algo.
-¿Oyes, Julio?
-¿El qué?
-Los cantos de poetas.
-Vagamente. No puedo distinguir sus palabras.
Entonces, Senia canta susurrando con la voz más dulce que jamás he oído.
Vuelas
tiempo, vuelas,
A las
tierras lejanas
Donde
habitan los versos
Que un
día llevó el viento.
Vuelas,
tiempo, vuelas,
A las
blancas mañanas
Donde
rotas pasiones
Dieron
su último aliento.
-Es muy hermoso, Senia. Nostálgico.
-Sería hermoso, si fuese verdad.
-¿Verdad? No te entiendo, Senia.
-No son poetas los que cantan.
-¿Quiénes son?
-Los monstruos del desencanto. Sus voces vienen de las lejanas tierras
donde nunca amanece. Son como los cantos de sirena. Su belleza es un engaño
para los sentidos.
-¿Tienen nombres?
-Son los Hijos del Tiempo Quebrado. No debería haberlos escuchado. Es
mejor que te vayas, Julio.
-¿Por qué?
Poso mi mano sobre el hombro de
Senia. Cuando se gira con delicadeza, su cara es la de una anciana con el
rostro surcado por infinitas y profundas arrugas; con los ojos hundidos entre
tanta degradación y la boca reseca.
-¡Vete, Julio, vete!
Me alejo sin volver la vista atrás con su anciana voz resonando en mis
oídos. Dice en un eco cada vez más lejano “Tiempo, tiempo, tiempo, tiempo…”
DIBUJO DE JULIO MARIÑAS |
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