CARTA A LOS OLVIDADOS
Un impulso inexplicable me lleva a
escribir estas líneas. Unas letras que no llegarán a la mayoría de vosotros, a
los que van destinadas. Pero el corazón no es racional, por suerte o por
desgracia. Sólo quiero deciros que existe otro reloj que marca el tiempo y sus
misterios. Ese reloj es ajeno al dolor, al fracaso, al abandono, al desprecio.
Late en vuestro interior con regularidad impecable. Escucharlo es un ejercicio
de sensatez. Así, se hará el silencio a nuestro alrededor, y dejaremos de
escuchar la vil charlatanería de los entendidos en tantas materias banales para
la verdadera esencia de la vida.
Por suerte... estoy convencida que así es, porque es el otro plato de la balanza de nuestra alma.
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