CUANDO ÉRAMOS JÓVENES
Bebimos la vida en
el oculto manantial que brotaba impetuoso en el rincón más profundo del espeso
bosque donde habitaban los pájaros del viento. Aquellos que nunca vimos, pero
sabíamos de ellos porque escuchábamos sus cantos melifluos. Después de
saciar una primera sed, descendíamos por los verdes prados que bajaban presurosos hacia ríos caudalosos plenos de espuma y sueños. Así fuimos
desvelando los misterios de parajes insólitos, donde las ruinas de pueblos
abandonados, de fortalezas o templos semiderruidos, nos invitaban a sumergirnos
en las zonas más ocultas del tiempo y de la vida. Todo eso ocurrió cuando
éramos jóvenes. Rompimos las velas y navegamos al pairo desafiando galernas en
mares encrespados, para llegar a las costas más insólitas, a islas salvajes.
Eso fue no hace mucho… Acaso menos de lo que cabría esperar… Fue entonces… Fue
allí… Cuando éramos jóvenes.
Comentarios
Publicar un comentario