LA DANZA DE LA VIDA Y LA MUERTE
Dibujo de Julio Mariñas para su relato "Los Demonios de las Cumbres" |
He visto a la Vida
y la Muerte danzando entre la luminosidad de la primavera y las tinieblas de un
invierno frío; allí, más allá de las nieves perpetuas donde el alma busca la
soledad en un desafío al tiempo y el espacio. Sobre los ciclópeos muros en ruinas
de lo que en otras épocas fueron florecientes imperios de abundancia y placer,
necrófagas aves custodian silentes, difusas manchas en parajes olvidados de
sueños no cumplidos; mientras los cuervos atraviesan cielos de lóbregos
presagios. Así, en esta primavera de 2016, bajo un manto de flores que habla de
un amanecer calmo, evoco un tiempo de caos y exuberancia donde espectrales
formas bailaban frenéticas danzas con voluptuosas hembras lascivas y sensuales;
allí, cuando la vida era libar la inacabable copa de lujuria y desvarío que no
tenía fin. He visto a la Vida y la Muerte danzando entre la belleza de una
calma tensa y el torbellino de placer y sueños; allí, más allá, mucho más allá
de las níveas cumbres donde ni los más avezados pilotos logran penetrar; en un
lugar indescriptible; demasiado grandioso como para poder ser plasmado en la precaria
lengua de los hombres.
Comentarios
Publicar un comentario