RELATOS ROTOS - XI - EL PISO 14
Me esperan en el Piso 14. Hay una larga
sucesión de peldaños polvorientos para subir hasta el Piso 14, y las maderas
crujen agónicas como pensamientos quebrados. La vida se estrella sutilmente
contra los amplios ventanales de entreplantas. Llueve; no puedes imaginar como
llueve. Es una lluvia fina y pretenciosa que impide cualquier visión del
exterior. Entonces también llovía; en aquella mañana en que advertí la soledad
por vez primera como una losa que bajase lenta sobre mí. Un niño que no tendrá
más de seis o siete años desciende jovial y distendido sin miedo a una posible
caída; el pasamanos para él no existe. Para mí, sin embargo, es una ayuda
inestimable en mi ascenso hasta el Piso 14. Una puerta se cierra a la altura
del piso 5; es de maderas nobles; sin duda será el umbral de un apartamento
señorial con techos altos y mobiliario rococó. Creo que alguien me espera más
arriba. Sino para qué esta ascensión agónica. A medida que avanzo, la escalera
se estrecha enroscándose sobre sí misma como un descomunal ofidio constrictor,
haciendo más cansado el ascenso. Mi gabardina se ha hecho pesada cuando llego
al Piso 14. El polvo cubre el suelo desgastado y las paredes han perdido su
pintura mate y, corroídas, semejan una muda reptiliana. La puerta del Piso 14
está abierta. Cuando mi mano la empuja se desplaza ligera a pesar de su
constitución tosca de gruesas maderas. Todo es oscuridad en el interior del
Piso 14. Apenas un incisivo rayo de luz que se cuela por un diminuto ventanal
me permite moverme con torpeza por su interior. Claroscuro caravaggiano,
tenebrismo en el cual presentidas formas imprecisas bien pudiesen salir de la
oscuridad que reina en las esquinas. Apenas doy unos pasos indecisos mientras
las partículas del polvo bailan una danza contenida en el haz de luz revelador
de un sol que ha desplazado a las nubes y su lluvia. Tal vez me haya equivocado
de dirección. Es muy posible. Pero ahora es demasiado tarde para desandar lo
andado. Que te voy a contar. Ahora todo es soledad y olvido. Habita en los lugares
imprecisos y ambiguos como este. Lugares como el Piso 14.
Comentarios
Publicar un comentario