ESDEUNVIET - ESCENAS DE UN VIGO ETERNO - III - OCASO EN SAMIL
La vida, con su
canto eterno y presuroso, se ha ido derramando en un suspiro. Ante el ocaso de
la playa, antesala de un océano inmenso, la noche va cerniéndose
cual sombra de gigante que arribase a estas costas de Vigo. Mientras, los pinos
callan acariciados en sus altas copas por una brisa dulce que siempre trae
aromas de aquellos que un día partieron de estas aguas para no volver. Y el
sol, como un caballero destronado, con elegancia infinita, parece alejarse allá
en el horizonte dormido por el mar. A medida que la penumbra se adueña del
ambiente, el Faro de las graníticas Islas Cíes va lanzando destellos; aviso a
navegantes perdidos, errantes vagabundos sobre olas de sueños e ilusiones.
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